El árbitro se equivoca mucho, el pasto se pone resbaloso, el genio más preciso perde la puntería. Catálogo de lo imponderable, el futbol está abierto a sorpresas que perjudican nuestro ánimo. Nadie busca ahí resultados seguros. Por más que se queje de los contrarios y en ocasiones de los suyos, el espectador acepta en forma tácita qu verá lo inimaginable y que eso le va a gustar muy poco.
Juan Villoro
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